jueves, 14 de agosto de 2014

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1CxD02-109 14 de agosto de 2014

Tormenta, 10 cuadros

© Jorge Claudio Morhain

1-  El cielo gris, encapotado, presagia tormenta. Prestando mucha atención, pueden verse pequeños  hilos de luces, cerca del horizonte, que posiblemente sean relámpagos. Ha hecho calor durante el día, y el aire está pesado.
2- Camila cruza los brazos, provocando un pequeño estremecimiento por la seda de su amplia toga, como si toda la frescura acumulada durante el día se hubiese concentrado hasta darle frío. Debe mirar el mismo sitio de los relámpagos, porque ese es el sitio del camino, y por allí vendrá. Si viene.
3- De todos modos, él no sabe que lo está esperando. Ni siquiera sabe que está en la provincia. Ni siquiera sabe que está en la Argentina. Su viaje ha sido inesperado. En teoría, debía estar rindiendo su tesis de doctorado, en Glasgow.
4- La tormenta llega antes. El cielo se vuelve negro, Los relámpagos se hacen rayos, y el viento helado trae marejadas de lluvia. Entra a la casa, buscando ropa de abrigo. Sólo encuentra un viejo poncho de llama, increíblemente cálido.
5- La lluvia golpea contra los cristales, llorando ausencia. Ella lo sabe: con toda esa lluvia, el camino estará intransitable hasta una semana después que pare. A menos que él se haya largado antes. Pero es sólo una esperanza.
6- Toma mate, sola, envuelta en el poncho, mirando llover para siempre, repasando los papeles de su tesis, pensando qué le dirá, el día que llegue. Si llega.
7- La puerta trasera se ha golpeado. Quizás la forzó la tormenta. En la tarde crepuscular, avanza, descalza, hacia el ruido. Un hombre empapado, cubierto con un capote, embarrado hasta las verijas, se sorprende al encontrarla en su casa, hoy, tan lejos…
8- Antes de empezar con las preguntas, antes de ensayar las respuestas, antes de desvestirse y bañarse y cocinar y contárselo todo, ella muestra el test de embarazo, viejo ya de tres meses.
9- Entonces, antes del estupor, antes de la proximidad, antes del abrazo, la otra voz, fresca, joven, ajena, íntima, “¡dale, boludo, que me estoy mojando!”
10- Y entra. La otra.

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