martes, 20 de enero de 2009

CUENTO
Es bueno vivir del cuento. En realidad, vivía de la historieta. Pero también había cuentos. Ya al principio, cuando comencé con la historieta, en Cascos de Acero, Cascioli me pidió cuentos de ciencia ficción. Y los escribí. Pero el impulso principal surgió en Billiken. Trabando con relación de dependencia, frecuentando la redacción, no podía pasar mucho tiempo sin que me pidieran cuentos... pero no de Billiken, sino de Para Ti. Escribí varios cuentos románticos, bajo la dirección de Joaquín Gómez Bas, Nyra Echenique y Susy Dacunto. Luego, si, vinieron los infantiles. Pero tampoco para Billiken. Los primeros fueron para El Parachicos, de la editorial de jardincito. Y otras editoriales. Y finalmente para Billiken. Algunos de esos cuentos formaron mis dos libros publicados en el género: Malos Tiempos para Drácula (El Quirquincho) y Amores con Guardapolvos (Magisterio del Río de la Plata)
En el verano de 2006, sin escribir desde 2002, decidí que no podía seguir esperando que me llamen, y me propuse escribir un cuento por día. El proyecto 1CxD. Salieron unos 60. Después volví a mi trabajo honrado (bibliotecario escolar, desde 2003) Estos 1CxD están inéditos. Rebotaron algunos en algún concurso, lo que es habitual. Pero se los iré mostrando aquí. A lo mejor algún editor descubre que son publicables. El número que figura es el de serie (llevo 607, con el de esta Navidad. Que, ya que estamos, va a encabezar la serie.




EL QUINCHO

- ¿Te parece que hicimos bien en dejarlos en el quincho?
- ¿Qué menos, pobre gente?
- No sé, me da cosa... ¿Y si nos roban?
- Son extranjeros, no hablan el idioma. Los extranjeros no roban. Si fueran ladrones no andarían en esa moto deshecha. Además...
- Sí, además la chica está por parir.
- No: además es Navidad. Los chicos nos esperan en la mesa. Vamos.

A eso de las dos, se acordaron de la parejita alojada en el quincho.
No estaban.
Pero todas las cosas brillaban. Como si las hubiesen pintado con pintura fluorescente.
No estaban.
Pero había una huella brillante, de la moto, que iba del quincho hacia el campo. Hasta cierto punto del campo. Después desaparecía.
- ¿Qué... qué eran?
- Aliens -dijo el más chico, porque habían venido en banda- Extraterrestres. Se fueron en un OVNI. ¿Puedo abrir los regalos, ahora?

Con un griterío, los chicos corrieron a abrir los regalos.
Era Navidad.

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